Piel sensible

Una piel sensible es hiper reactiva, con baja tolerancia a las agresiones externas.

La epidermis de las pieles sensibles e intolerantes presenta una alteración de su función de barrera, fenómeno que favorece la deshidratación de la piel y la penetración de agentes potencialmente irritantes.

Entre sus síntomas pueden incluir sensación de cosquilleo, tirantez, rojez e irritación.

Cuidados para la piel sensible

Limpieza muy suave, sin caer en una limpieza excesiva que pueda crear el efecto contrario y producir irritación y picor.

No utilizar tónicos con alcohol. Elige cremas y sérums específicos para este tipo de piel y no abusar de exfoliaciones, ni ácidos.

Introduce en la rutina aceites faciales calmantes que contribuyan a fortalecer la barrera cutánea y calmar la piel, aliviando la sensación de picor y malestar.

Por el día, no te olvides del protector solar, debes utilizarlo a diario, durante todo el año.

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